13 de noviembre de 2010

Komsomol

10 de junio de 1941

He acudido esta tarde a la jornada semanal del Komsomol. Teníamos una gran responsabilidad ya que nos visitaban los pioneros, aquellos niños que ven en nosotros el ejemplo a seguir, como lo dicen con frecuencia sus dirigentes. Los pequeños llegaron ataviados con sus rojos pañuelos, cantando alegremente, para luego mirar todo con sus ojos, boquiabiertos ante las explicaciones que les dábamos sobre el edificio, las pinturas y fotografías de nuestros actos y excursiones, así como de la visita de delegaciones de otras ciudades.  En sus ojos se podía apreciar la inocencia, así como también el orgullo de estar ahí, ya que sabían que de mayores podrían ser parte de nuestro Komsomol. Pero su mirada también me traslada a pensar en la posibilidad que el conflicto en el resto de Europa nos alcance, y borre con su violenta pluma la inocencia de nuestros niños. De alguna manera creo que la pasada campaña de Polonia y de Finlandia de nuestro ejército no ha sido tan victoriosa como parece ser lo que cuenta el Pravda, ya que entre la gente se escucha hablar ya de lo catastrófico que fue. Pero no queda más que confiar en el Camarada Stalin, o por lo menos es lo que decimos a estos niños.

1 comentario:

Nicolás dijo...

Que pena motivar a los niños de pequeños a confiar en alguién que desconfiaba de todos sus subalternos jaja. Pero bueno, son enseñanzas que nos deja la historia.

Te quiero mucho hermanito y tienes que seguir escribiendo, tienes que hacer tu propio libro :D