27 de abril de 2011

Frustración

04 de julio de 1941

Me siento abatido, La reacción de mis padres ha sido muy mala. No me dejaran alistarme, hasta que no sea absolutamente necesario e imposible de impedirlo. No quieren a sus hijos muriendo en la guerra. – Fyodor ya es un marino, pero tú tienes elección Lyosha – dijo secamente mi padre, casi sin mirarme. Mi madre solo movía la cabeza, negándose siquiera a entablar una conversación sobre la idea de que me alistara. No se que sentir, pues la madre patria está en peligro. Las noticias del frente, aquellas a las que en realidad podemos acceder, son cada vez peores. Se habla de miles de prisioneros, de grandes batallas acorazadas en donde hemos perdido decenas de miles de tanques, así como parece haber una supremacía aérea alemana por la casi total aniquilación de nuestra VVS. Y a pesar de todo esto mis padres no aceptan! No sé que haré, porque siempre los he respetado, y no quiero contrariarlos. Pero en las condiciones actuales….

En la ciudad el ánimo de las personas se ha ido de sus caras. Ya nadie sonríe; todos parecen correr a sus casas apenas termina el trabajo, y después de una hora el toque de queda comienza, y la ciudad se vuelve aún más oscura, cubierta por el velo de la oscuridad. Aunque esto es realidad algo falso, ya que en cada una de las grandes avenidas hay sendos grupos de artillería antiaérea acompañada de camiones reflectores, que buscarán con sus haces de luz a los bombarderos enemigos, si se aventuran en la ciudad. – Será una lluvia de fuego – dijo el Camarada Mariscal Voroshilov. Ojalá pudiera compartir su confianza…