4 de enero de 2013

Examen de combate

19 de octubre de 1941
Gran día. Día final. Día decisivo. El examen de combate, tan rimbombante en otras épocas, hoy equivale a nuestro vuelo final en donde enfrentaremos al instructor de la forma más correcta posible, pues como nos recuerdan siempre … no hay tiempo para gastar combustible, idiotas!.
Es curioso, pero el día final trascurre fugazmente, y tan solo recuerdo algunas partes del vuelo. Recuerdo, por ejemplo, alinear los timones y soltar los frenos mientras que con mi mano derecha aumento los gases y la hélice aumenta sus revoluciones…. lo siguiente es ya en el aire, en vuelo horizontal escudriñando el sector sobre la pista. Lo siguientes es el brusco giro a la derecha, la palanca de gases al máximo, y los timones para estabilizar mientras el instructor cruza hacia la izquierda, a todo gases. Se suceden giros, picadas y subidas… y luego me veo aterrizando. En tierra me espera el Polkovnik a cargo de la escuela de entrenamiento, y en una breve ceremonia me entrega un papel que me acredita como piloto… pero mi mano extendida – en espera de la insignia de piloto – solo recibe un apretón de manos. Quizás no sea tiempo de frivolidades, ni de pedazos de metal, pues la madre patria espera.
Esta noche es la ultima en las barracas de la escuela de instrucción; mañana recibiré ordenes a las 0900 sobre mi destino. Es tarde, aunque no puedo dormir. Sé que esta noche será la ultima como casi civil. Desde mañana el horror de la guerra será real…